La meditación no es una acción. Es la actitud con la cual desarrollas cualquier acción de tu vida diaria. La meditación puede practicarse sentada o en acción (movimiento). Lo importante es tomar en cuenta tres factores importantes:
- La postura: sea en acción o sentada, en meditación tu columna debe permanecer recta, los hombros relajados, la nariz alineada con el ombligo. En la meditación sentada (sea en postura de loto, medio-loto o sastre): las rodillas deben empuja el suelo y las coronilla hacia el cielo. Si practicas meditación sentada en una silla debes preocuparte de que los pies estén bien apoyados en el suelo. La meditación en acción puedes practicarla desarrollando cualquier actividad de tu vida diaria: cocinar, comer, limpiar el hogar, beber té, escribir, jardinear, desarrollar algún arte, trabajar, entre otros.
- La respiración: es honda, abdominal, lenta y relajada. Se pone la intención en la inspiración y se deja salir el aire naturalmente.
- La intención: hay dos frases que guían la práctica “No hay nada que lograr”, “Solo siéntate”. El ego quiere ser un buda, el ego quiere iluminarse, así que te olvidarás de la iluminación y te dedicaras a meditar. Así que pones tu motivación en los beneficios: tu mente y tu cuerpo están atentos y relajados, y tu ser se vuelve más consciente de la verdadera naturaleza de la Realidad: “No hay dos”: “Somos una gran red de seres interconectados, interdependientes y cambiantes”.
El espacio, implementos y horario para practicar meditación sentada:
- Se recomienda meditar durante la salida y puesta de sol durante 45 minutos. No es necesario torturarse por la falta de costumbre. Con paciencia puedes esperar a que tu cuerpo-mente asimile la práctica. Para eso puedes comenzar con 5 minutos e ir sumando 5 minutos hasta llegar a los 45. Aunque te tome un año, lo importante es que incorpores la práctica a tu rutina diaria. Que sea tan importante como lavarse los dientes o desayunar.
- Encuentra un espacio acorde a la práctica: silencioso, temperatura agradable, sin distractores.
- Encuentra los implementos necesarios: un cojín con un relleno firme que no se hunda al sentarse sobre él. La idea es que levante el trasero del suelo lo suficiente para mantener la columna derecha. Si quieres puedes prender inciensos y velas.
El ser humano es un ser meditativo, es decir, al llevar una vida meditativa, puede alcanzar la plenitud tomando decisiones más conscientes, desarrollando una actitud más atenta y relajada y, encontrando lo sagrado en cada acto de su vida cotidiana.
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Nuestro maestro es el monje zen Jikusan que actualmente reside en el Zendo Tunquén de Valparaíso. Te recomendamos visitar la web: www.elzendo.cl para que puedas participar de los retiros y prácticas intensivas.