¿Porqué las personas parecen tener un interés cada vez más creciente en las mandalas?, ¿Cuál es el poder de estas representaciones?, ¿Qué aprendizajes y beneficios encontraremos en ellas?
Mandala en sánscrito significa “circulo” se entiende en un trasfondo sagrado en que representa al universo: el micro y macro cosmos . La mandala nos gráfica y recuerda: “Como es arriba es abajo”. Podemos encontrar patrones similares en una galaxia, una flor, el interior de una fruta, un átomo, los cristales de nieve, y otras manifestaciones de la naturaleza.
En su paso por la tierra, distintos grupos humanos han representado al cosmos a través de imágenes simétricas que reflejan su relación con Dios, el universo, el mundo y la naturaleza. En forma específica expresan el vínculo entre los seres, su interdependencia, mutua influencia, cambio permanente, unidad de la diversidad y de los opuestos-aparentes. Las mandalas son parte de estas representaciones que pueden ser analizadas desde la cromoterapia, numerología, simbología, geometría sagrada y muchas mas fuentes de sabiduría. Si te interesa entenderlas tienes un largo camino por delante. Si quieres practicarlas solo necesitas la humildad, el amor y las ganas. Las mandalas son experimentación y vivencia, puedes practicarlas sin racionalizarlas. Su poder y sabiduría te influenciará hilo a hilo, color a color, mandala a mandala, oración a oración.
En la mandala distintas culturas han reflejado las dimensiones de la existencia, la Divinidad, el aspecto femenino y masculino de Dios, la madre y el padre, la tierra y el cielo, el día y la noche, opuestos aparentes que en su unidad permiten la creación de la vida. La mandala es una representación de esta red en la que “no hay dos”. Esta es una noción ecológica en la que “Todos somos uno”, todos somos parte, todos tenemos un sentido, un propósito y un lugar.
Internalizar el mensaje y sabiduría de las mandalas nos permitirá visualizar la realidad, el mundo y nuestra vida diaria desde los vínculos invisibles entre todos los seres. Comprenderemos la necesidad de vivir desde la responsabilidad, la paciencia, la compasión, la empatía, el respeto y la conciencia de la causa-efecto de nuestros pensamientos, palabras y acciones.
La práctica de colorear, tejer o crear mandalas en distintas técnicas y soportes, revela su real significado: elevarse como una oración en colores que refleja el propósito que estaba en la mente de su creador al ser elaborado. Las mandalas son: una meditación activa. Ponen al practicante en el aquí y ahora. Lo depositan en el mundo real. Promueven la paciencia, la perseverancia, la paz interior, la claridad mental y el sentido de pertenencia a la existencia.
Personas de distintas edades se están beneficiando con la práctica de la meditación activa a través de las mandalas.
La mandala es una práctica espiritual. Es una meditación en acción o movimiento en la que los tres pilares de la meditación son básicos., considerando: 1) la postura correcta (espalda derecha, hombros relajados, etc) 2) la respiración correcta (profunda, lenta, abdominal) y 3) la intención correcta (no se trabaja desde el ego ni la vanidad, sino desde la humildad y el querer bendecir un hogar ya sus habitantes mediante la mandala)
Algunos consejos a tomar en cuenta al momento de trabajarlas:
- El Horario: reserva un par de horas para desarrollarlas, encuentra el horario apropiado para estar en paz y sin interrupciones. La práctica puede ser individual o grupal.
- El lugar: limpio, iluminado, ordenado y con los materiales apropiadamente presentados.
- Preparar el altar casero: con incienso, velas, un recipiente con agua, un recipiente con flores y/o semillas, y si lo deseas una representación de la Divinidad. Todos los objetos son ofrendados a Dios y se le invoca en el espacio.
- Preparar el ambiente: con música adecuada, que promueva una actitud devocional como mantras o sonidos naturaleza (bosque, caídas de agua, sonido del mar, entre otros)
- La alimentación: considera que pasarás varias horas trabajando tu mandala. Prepara té verde, infusiones relajantes, frutas frescas y frutos secos que te permitan mantener tu energía sin cansacio ni irritabilidad.
- La intención: un mandala nunca se trabaja desde el ego. Es siempre una ofrenda a la Divinidad. Es una oración en colores que expresa nuestra unidad con el Universo. No hay nada que alcanzar. Sólo se tiene en la mente el propósito positivo y luminoso que impregnara el diseño de la obra. La espontaneidad, la fe, la emoción, la humildad el amor son el hilo que guía la creación. La mandala es ofrecida a la Divinidad y Universo que representa.
Esperamos que esta breve nota les sea de utilidad. Si tienes comentarios o aportes para complementar puedes dejarlos al pie de esta nota. ¡Gracias por pasar!